¿Por qué tus redes no funcionan? ¡Y cómo hacer que sí lo hagan!

Presumo que si estás leyendo esto con interés es porque tienes un negocio y, o bien las redes no te están funcionando, o estás pensando en empezar a usarlas. Pues déjame avisarte desde ya: si le das el móvil a un empleado para que te haga unas fotos a la semana, probablemente no te funcione.

José Daniel Martín

11/4/20253 min leer

group of people sitting on floor
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¿Por qué tus redes no funcionan?
¡y cómo hacer que sí lo hagan!

Presumo que si estás leyendo esto con interés es porque tienes un negocio y, o bien las redes no te están funcionando, o estás pensando en empezar a usarlas.
Pues déjame avisarte desde ya: si le das el móvil a un empleado para que te haga unas fotos a la semana, probablemente no te funcione.

Entendamos primero qué son las redes sociales

Como su propio nombre indica, son redes —es decir, estructuras que atrapan o conectan algo— y son sociales, porque conectan personas entre sí. No nacieron como algo abstracto ni como un simple escaparate, sino como una herramienta para conectar a las personas.

Además, cada red tiene su propia naturaleza y propósito: la gente no consume igual Instagram que YouTube o TikTok. En cada una entran con una intención distinta. Es como la comida: todo alimenta, pero no es lo mismo la proteína que la grasa. Aprender a distinguir esto te evitará muchos malos hábitos en redes.

Si eres una persona, ya tienes ventaja

Cuando alguien usa sus redes de forma personal, ya parte con algo ganado: la empatía. Las redes son humanas, y conectar desde la autenticidad es su esencia.
Pero aquí hemos venido a hablar de negocios y marcas, y de cómo hacer que crezcan en redes. Para eso, hay que entender los cuatro tipos de medios que existen:

  1. Medios propios

  2. Medios ganados

  3. Medios compartidos

  4. Medios pagados

1. Medios propios

Son aquellos sobre los que tienes control total.
Si tienes una tienda física, es tu escaparate. Si tienes una web, es tu territorio digital: nadie te va a restringir (salvo que hagas cosas ilegales... no te pongas a vender lanzallamas, que en España está prohibido 😅).

2. Medios ganados

Son tus seguidores y comunidad, las personas que llegan por interés propio, porque les gusta tu producto o les genera curiosidad.
Este tipo de medio es de los más valiosos: hay que cuidarlo, escuchar métricas, poner al cliente en el centro. Pero ojo, sin caer en la condescendencia: se nota cuando una marca fuerza la empatía.

Por eso los influencers con más seguidores son tan cotizados: porque han ganado la atención y confianza de su público.

3. Medios compartidos

Aquí empieza la magia. Son los momentos en los que tu cliente interactúa contigo por iniciativa propia: comparte tus publicaciones, comenta, te da “me gusta”.
Eso es el boca a boca moderno, y es uno de los activos más poderosos que puede tener una marca.

Hoy, las redes nos dan mil formas de hacerlo: historias, vídeos, reels, post colaborativos… Por eso la figura del community manager es tan importante: alguien que convierta tu estrategia de comunicación en algo vivo y coherente con tu marca.

4. Medios pagados

Los clásicos: campañas de ads, colaboraciones con influencers, cartelería, o cualquier tipo de publicidad pagada.
Y ojo, a veces no todo tiene que ser digital. Si tu negocio es físico —un gimnasio, una cafetería, una tienda de barrio—, puede que te convenga más invertir en visibilidad local que en campañas globales. No te interesa que tus vídeos lleguen a Pamplona si tu tienda está en Ávila.

Entonces, ¿qué hacemos con nuestras redes?

Primero, asume que hay que invertir.
Sí, invertir dinero. Igual que invertiste en la freidora que te deja las patatas perfectas o en el mobiliario de tu local, hacer buena publicidad no es gratis.

Eso de pedirle a tu sobrino que te haga las fotos porque “se le dan bien” puede servir una vez, pero no es una estrategia a medio o largo plazo.
Invertir en alguien que te lleve las redes de forma profesional no es un gasto, es una inversión.

Define una estrategia (y un presupuesto realista)

Pregúntate:

  • ¿Cuánto estás dispuesto a invertir?

  • ¿Qué retorno esperas?

  • ¿Qué objetivos tienes?

Si alguien te hace fotos, vídeos y estrategia por menos de 300 € al mes, algo no cuadra. Te hará un trabajo puntual, sin continuidad ni resultados sostenibles.

Para esos presupuestos, quizá sea mejor hacer campañas puntuales o acciones físicas (carteles, buzoneo, colaboraciones locales).
Un servicio profesional de redes ronda los 2.000 € o más por mes, dependiendo de la estrategia, porque no se paga solo el día de grabación: se paga el proceso creativo, la planificación, la edición y la gestión constante.

Si decides incluir a alguien en tu plantilla con ese rol, asegúrate de integrarlo bien: un perfil creativo necesita un entorno flexible, no solo una estructura empresarial rígida.

En resumen

  • Entiende los diferentes tipos de medios.

  • Define tu estrategia según tu tipo de negocio.

  • Invierte con cabeza, no con impulsos.

  • Y sobre todo, sé constante y coherente: las redes no son magia, son trabajo bien hecho.

Si quieres saber más sobre cómo hacer crecer tu negocio en redes, estate atento a los próximos capítulos.